jueves, 23 de enero de 2014

Pareciera que la tortura sigue...

El nuevo semestre viene con toda la actitud. Me gusta mucho que la mayoría de mis clases sean de mi carrera, dejando a un lado los troncos comunes o bueno, casi.

Debo admitir que la clase de español con Sergio cambio muchas maneras de ver la escuela, y eso es porque me enseñó que el aprendizaje no debe ser forzado, sino buscado, y esa es la razón de que hoy escribo de nuevo.

Mi clase de español con el maestro Martín es interesante, pero tiene un pequeño defecto, me siento de nuevo en la prepa. Podrán pensar “bueno y las otras clases”, esas son las que yo pedí para estudiar lo que me gusta, pero cuando te tratan de forzar a alguien aprender algo que no quiere la cosa cambia bastante, y ese es el problema con los troncos comunes, pero es también la diferencia con mi clase de español del semestre pasado. ¿Quién escoge clase de español ya en la universidad? Yo no, pero esa fue la cosa en la clase pasada de español, se me dio la oportunidad de aprender, las puertas se abrieron y las ganas de aprender se convirtieron en un hábito.

Hoy la fluidez en la escritura (buena o mala desde cualquier punto de vista) es mayor que antes de entrar a la universidad y eso por un sencillo ejercicio como lo es escribir en un mentado blog que seguramente pocos ven, o el encontrar cosas que me interesan que son de la mejor calidad y de lo más fácil de encontrar.


Cuando las cosas llegan a ti sin haberlo pedido sugiero que seas tu el que camine por esas puertas que están abiertas por más grandes o pequeñas que parezcan.